September 21 – Twenty-fifth Sunday in Ordinary Time
Everything in this world is passing. Wealth, comfort, status—they can’t last. Yet we are called to use what we have for eternal purposes. It’s like trying to build a home on a sinking ship: without a foundation in God, everything collapses.
Stewardship begins with small choices. What we do with our time, our talents, our money—they shape who we are and who we become. Where we place our resources reveals where our heart truly is.
Consider finances: how do you use your paycheck? Even the smallest expenditures matter. People often mismanage great windfalls, like lottery winnings, because they never learned to handle the small decisions well. Stewardship is not about abundance; it’s about faithfulness in the everyday.
Each choice is a step. Each act of generosity or responsibility forms us for bigger decisions, leading us toward the Kingdom.
This week, reflect: what small choices can you make to align your heart with God’s eternal purposes? How can your everyday decisions point you—and others—toward heaven?
Español
Todo en este mundo es pasajero. La riqueza, la comodidad, el estatus… nada de eso dura. Y sin embargo, estamos llamados a usar lo que tenemos con un propósito eterno. Es como tratar de construir una casa en un barco que se hunde: sin un fundamento en Dios, todo se derrumba.
La corresponsabilidad comienza con pequeñas decisiones. Lo que hacemos con nuestro tiempo, nuestros talentos, nuestro dinero… eso moldea quiénes somos y en quiénes nos convertimos. Donde ponemos nuestros recursos revela dónde está realmente nuestro corazón.
Pensemos en las finanzas: ¿Cómo usas tu salario? Incluso los gastos más pequeños importan. Con frecuencia, la gente administra mal grandes sumas (como los premios de lotería) porque nunca aprendieron a manejar bien las decisiones pequeñas. La corresponsabilidad no se trata de abundancia; se trata de fidelidad en lo cotidiano.
Cada decisión es un paso. Cada acto de generosidad o responsabilidad nos forma para elecciones más grandes, guiándonos hacia el Reino.
Esta semana, reflexiona: ¿Qué pequeñas decisiones puedes tomar para alinear tu corazón con los propósitos eternos de Dios? ¿Cómo pueden tus decisiones diarias señalarte a ti (y a otros) hacia el cielo?